Pienso que
hoy mi jornada ha sido agotadora, como siempre, como todos los días deseo un momento de paz y tu nombre, tu imagen, llega acariciando mi mente, llega como imagen viva, como un
recuerdo que toma forma con cada día que te pienso. Eres
ese ser especial que llegó a mi vida, tú eres ese ser que me llenó de amor
entre sueños. Sé que esta noche de nuevo te soñaré, y así será. Aunque aún no
estés aquí, yo sigo suspirando por ti, no se por qué cuando llega a mí tu nombre y como un soplo de
vida mi corazón late apasionada por ti, en cada suspiro parece decir tu nombre,
eres mi querido sueño, y cuando te pienso a cualquier hora
del día me aferro a tu recuerdo. Cierro mis ojos y a mi ser interno le
pido y exijo fortaleza, perseverancia y fidelidad. Eres mi querido sueño, en
mis oraciones siempre le pido al redentor por tu cuidado. Cuando en los momentos de profunda
tristeza creo no encontrar salida, cuando veo pasar a mi lado parejas felices,
robándose besos y denotando señales de amor con abrazos y caricias, se me
sobrecoge el alma por dentro, entonces
me recojo en mi soledad para acompañarme de las suaves líneas que te escribo, ni la distancia más grande hará
que deje de amarte cariño mío. Basta tan
sólo soñar un poco y esperar que llegue la noche para soñarte una y otra vez,
aunque la distancia parezca ser como líneas paralelas que nunca se unirán. No
seré escritora, ni poeta, pero escribo lo que siento, vivo para contar de este
amor, vivo para decir, que te amo mi
maravilloso angelito. Mi amor, aunque la distancia nos separe, puedo
sentirte cerca de mí; no lloro de tristeza, sino que lloro de felicidad porque
Dios me hizo el regalo más hermoso al bajarte del cielo para estar en mis
pensamientos.